el libro abierto
Pinky...
martes, 25 de noviembre de 2014
miércoles, 19 de noviembre de 2014
martes, 18 de noviembre de 2014
Diversidad
Cuando
hablamos de diversidad, automáticamente la relacionamos con la palabra
diferencia, y generalmente le damos una impronta negativa, cuando no
necesariamente es así, y mucho menos si esa diversidad está ligada a la
educación o a el proceso educativo.
Cuando
se menciona esta palabra en la sala de un jardín, se comienza a hablar de
problemas de aprendizaje, de conducta, o problemas externos que provienen del
hogar, etc., y que no en todos los casos, pero si en su gran mayoría, están
fundados sobre supuestos o prejuicios.
Una
institución educativa debería ser capaz de ver cuál es la formación intelectual
que posee cada niño al momento del ingreso a la misma y desde allí promover sus
objetivos, los cuales deberían ser complementarios y alternativos, con
estrategias de evaluación diversas, en las que se ponga cierto énfasis en el
proceso y progreso de cada niño.
La
tarea de descubrir los saberes con los que cada niño ingresa, recae en los
docentes, y son ellos quienes a su vez deberían potenciar los mismos y a su vez
promover el respeto y la aceptación por lo diverso y lo diferente, ya que cada
alumno posee propias y diferentes maneras de aprender, y si no son tenidas en
cuenta, se corre el riesgo de convertir esa diferencia, en un problema de
aprendizaje.
Para
ello es necesario realizar un trabajo en conjunto con la familia, siendo de
gran importancia la participación de la misma en la educación del alumno,
tornándose como grandes responsables, junto al docente, de los resultados que
pueda obtener en el niño dentro de la institución, pudiendo ser estos negativos
o positivos.
No
es fácil llevar a cabo esta tarea con un grupo de niños de diferentes
características, pero ese es uno de los puntos más importantes que hacen mucho más
rico el trabajo entre todos. Buscando de esta manera incentivar a los niños,
estimular el trabajo y a la vez crear diversas estrategias para desarrollar el
aprendizaje dentro y fuera del aula, y por supuesto que las mismas sean las más
adecuadas y apropiadas para cada alumno.
miércoles, 29 de octubre de 2014
Hoy en día estamos insertos en un mundo
donde las tecnologías tienen un lugar muy importante. El desarrollo de las
mismas ha generado un impacto tan grande en la sociedad, que ha dado lugar a la
implementación de usos diversos en distintos sectores, sobre todo en los
educativos, formales y no formales donde se utiliza como una herramienta que
brinda y posibilita una nueva forma de información, comunicación e interacción
que ayuda al niño en su proceso de formación y desarrollo.
Los niños desde edades muy tempranas se
familiarizan, conocen, y en ciertos casos utilizan esta herramienta, y
lamentablemente se puede observar cierta sobredosis muchas veces no regulada ni
controlada debido a la invasión que hay por las tecnologías, que de cierta
forma al estar tan expuestas a los niños están presionados de una u otra manera
a interesarse por ellas, sin importar o
tener en cuenta si están preparados para enfrentarse a lo que se van a
encontrar.
En este caso es de gran importancia que
tanto padres como docentes sean los primeros en presentarles esta herramienta de
modo que puedan en primer lugar procesar la información que se les brindará a
los niños y por otro lado de qué forma va a incidir la misma.
Es importante destacar por ello que el
beneficio de su uso se da, si la misma es utilizada apropiadamente y con
moderación, por lo tanto es de suma importancia la presencia de un adulto que
ponga límites o controle el uso de la misma.
Desde el nivel inicial el docente podrá
colaborar y a la vez utilizar el uso de la tecnología, como una herramienta
importante para llevar a cabo ciertas actividades de modo que ayude, acompañe al
niño en este proceso, y seleccione distintos contenidos para la realización de
las mismas. Con ayuda de programas didácticos, interesantes y que respondan a
la psicología evolutiva y a la etapa que el niño está atravesando, respetando
sus derechos y sobre todo los tiempos de cada uno.
Por lo tanto el docente de nivel
inicial, debe ser reflexivo estar alerta, bien capacitado, entrenado, y
preparado para ser capaz de seleccionar programas que brinden enseñanza por
medio de distintas estrategias que el mismo aplique, sin sobrepasar limites o
uso, es decir saber cuándo será necesaria su utilización y cuando no. Para ello
no debe dejar de lado otras alternativas que permitan al niño separarse de las
tecnologías y utilizar otras herramientas que desplieguen sus sentidos.
La computadora como herramienta en el
jardín, ofrece a los niños distintas oportunidades de aprendizaje, solo hay que
saber elegir o seleccionar aquellos programas interactivos, educativos, que les
enseñen, de modo que pueda generar en ellos la confianza en sí mismo,
desarrollar distintas tipos de destrezas sociales, de lenguaje, motrices, entre
otras, teniendo en cuenta sobre todo los intereses de los niños, dando lugar a la
adquisición de nuevos conocimientos por medio del disfrute de una forma que puede llegar a ser
placentera según la intervención que el docente haga.
Por último y para finalizar es de gran
importancia tener claro que no se debe reemplazar o dejar de lado las
interacciones personales, ni mucho menos tratar de ver el mundo desde la
pantalla, sino más bien ver el mundo con sus propios ojos, interactuando con
los demás.
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